Pizarras, ¿mejor de pared o de caballete?

La verdad que muchas diferencias no hay entre unas y otras, básicamente, y la más resaltable es que la de pared te queda a la altura de los ojos, y para leer la de caballete se ha de bajar la vista (cosa que, como hoy día vamos mirando más el móvil que la calle, nos queda casi más a la vista).

Una pequeña pega que tienen las pizarras de pared es que si no están bien clavadas a la pared, pueden ser bastante inestables, en el sentido que cualquier toquecito puede hacer que se ladee o se caiga. Sobretodo si está colocada en el exterior y hace viento. El problema del viento no solo se da con las pizarras de pared; con las de caballete también se da el caso que si hace mucho viento pueden caerse; pero son más estables que una de pared puesta solo con un clavo o cuelga fácil. Eso sí, no coloque la pizarra de caballete en algún lugar que pueda estorbar, ya que alguien le puede dar un golpe y caerse, o estorbar el paso.

Una utilidad que está muy poco explotada con las pizarras de caballete es el hecho de usarlas como separadores, para organizar o delimitar la terraza. Imagínese poner varias de estas alrededor de las mesas, intercalando el anuncio de sus platos u ofertas, junto con mensajes ingeniosos. Puede ser una buena estrategia de marketing para su bar o restaurante.

Por último, destacar que es más común encontrar las pizarras de pared en el interior de los establecimientos que las de caballete, puesto que ocupan menos espacio las primeras que las segundas.

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