Respondiendo al diseño sensible
El término diseño de respuesta fue acuñado por Ethan Marcotte en 2011 al describir las cambiantes demandas del diseño web y la necesidad crear sitios con diseños flexibles. Esta demanda surgió debido al, cada vez, mayor número de dispositivos de diferentes tamaños de pantalla.
En un mundo donde se puede acceder a Internet usando todo tipo de dispositivos, desde un teléfono a una videoconsola, hacer solo un diseño estático que se ajuste a las necesidades de cada dispositivo es imposible. Si tuviéramos que colocar las mismas exigencias en otra cosa, como el diseño de automóviles; imagine el desastre que sería, tratar de diseñar un coche que sea pequeño, eficiente, económico, ideal para los desplazamientos, equipado para el off-road con una familia de ocho, con cuatro perros y preparado para minusválidos, sería imposible.
Afortunadamente, no estamos tratando con tantas exigencias físicas en el diseño web. Somos capaces de crear algo que pueda cambiar de forma dinámica para adaptarse a cada usuario y cada plataforma.
El diseño de respuesta también se puede utilizar para volver a priorizar el contenido y crear una experiencia para el usuario más eficaz. Sin embargo, volver a priorizar el contenido es más que una cuestión de cambiar el tamaño del contenido para ajustarse al tamaño de pantalla adecuada.
Entonces, ¿por qué es realmente importante?
Es cierto que, e el caso de la navegación móvil, el diseño de respuesta no es obligatorio. Las personas pueden simplemente ampliar, reducir y pasar así por el sitio web, convirtiendo así cada página web en una especie de “¿Dónde está Wally?”, en la búsqueda del contenido deseado. Por desgracia, no todos los botones de “contacto” y “leer más” son hábilmente marcados con rayas rojas y blancas.
Si el objetivo de una página web es presentar un contenido apropiado para los usuarios dirigidos de una manera intuitiva, está obligado a utilizar un diseño de respuesta.